Visitar un mercadillo del agricultor: una experiencia de sabores auténticos y depósito ancestral de conocimiento
Foto: Tamara Real Pascual junto con Enrique Bermúdez Bethencourt, gerente del Mercadillo de Tegueste, de visita nuestras instalaciones
Dentro de la estrategia del Mercadillo de Tegueste de defensa de nuestras variedades tradicionales de la mano de las entidades y asociaciones que actualmente conservan y velan por el banco de germoplasma agrícola de nuestra tierra, y en su interés en colaborar con diferentes entidades relacionadas, como es la Universidad de La Laguna, compartimos un artículo relacionado con el interesante Trabajo de Fin de Grado de Ingeniería Agrícola y del Medio Rural realizado por Tamara Real Pascual.
Este trabajo, que se puede descargar y consultar al final de este artículo, es de gran valor para el sector, siendo la punta de lanza de futuras investigaciones.
Por Tamara Real Pascual
La agricultura ha sido durante muchos años uno de los sectores más importantes en las Islas Canarias, donde las condiciones climáticas y edáficas, junto con el trabajo de los agricultores, han permitido el desarrollo de las conocidas variedades tradicionales. Estas variedades son primordiales en la gastronomía canaria y forman parte de la cultura y sociedad isleña, considerándose en algunos casos sinónimos de calidad a ojos del mundo. Por otra parte, los mercadillos del agricultor son uno de los principales puntos donde las podemos encontrar, siendo estos espacios promovedores de una nueva forma de consumo basada en la cercanía, sostenibilidad y el apoyo a los productores locales.
Actualmente, la expansión de la agricultura industrial ha traído consigo el uso de variedades comerciales, las cuales han ido desplazando en mayor o menor medida el mantenimiento y conservación de las tradicionales. Este proceso de erosión genética provoca no sólo la pérdida de una variedad, sino que también lleva consigo el conocimiento ancestral asociado al mismo y su potencial adaptativo a los cambios ambientales. Por ello, se busca que los mercadillos del agricultor se conviertan en un escaparate vivo de este patrimonio agrícola, y un punto de encuentro entre los productores locales y los consumidores comprometidos con la sostenibilidad y la tradición.
Desde la Universidad de La Laguna y con la iniciativa de la dirección del mercadillo del agricultor de Tegueste, se planteó como estudio final de grado la realización de un análisis sobre la presencia de estas variedades en los mercadillos de la Isla. Como alumna de la escuela de ingeniería agrícola y del medio rural, durante los cuatro años como estudiante, he adquirido diversos conocimientos sobre la agronomía y sus diversas ramas; sin embargo, para finalizar mis estudios y a la hora de seleccionar un tema para mi trabajo final, quería que este proporcionara un pequeño grano de arena que motivase un cambio hacia una agricultura “más sostenible”.
Hoy en día diversos factores afectan considerablemente al sector agrícola en las islas; algunos de ellos son: el cambio climático, la escasez de agua, el envejecimiento de la población, el bajo relevo generacional, etc. Teniendo en cuenta estos factores, junto con la necesidad de soberanía alimentaria, sobre todo en zonas ultraperiféricas como es el caso de las Islas Canarias, surge el impulso por aprovechar y conservar los recursos naturales donde se encuentra el material genético de las variedades tradicionales.
Durante la realización del análisis, estuve recogiendo información sobre estas variedades en ocho mercados de la zona norte de la Isla en un periodo aproximado de seis meses. En el transcurso de ese tiempo tuve la oportunidad de relacionarme con los agricultores de cada uno de los puestos, gracias a ellos conocí una parte de la agricultura canaria fuera de la teoría de los libros. No sólo me mostraron sus productos, sino que además me enseñaron una parte de sí mismos y de sus conocimientos. Muchos de ellos comentaban su preocupación por las incertidumbres que rodean al sector, así como su motivación y vínculo emocional con el mismo, el cual en gran parte ha mantenido diversos cultivos tradicionales como el ñame.
Tras la recolección de los datos, se analizó el número de variedades, enfocándose en los puestos del mismo, debido a que muchos mercados no realizan un registro por variedades sino por cultivos. Por otra parte, con esta diferenciación por puesto se pudieron comparar las metodologías de cultivo empleadas, siendo estas; agricultura convencional o ecológica. Existen una gran diversidad de variedades tradicionales en las islas, por eso se diferenciaron por grupos de cultivo, donde destacaron los tubérculos y las raíces con cultivos como las papas y las batatas. Dentro de las legumbres destaca el cultivo de las judías, y en el caso de las hortícolas la familia cucurbitácea y las pimientas.
A nivel general, se pudo confirmar la presencia de variedades tradicionales en los mercadillos del norte de la isla, habiendo una mayor cantidad de las mismas en los puestos dedicados a la agricultura tradicional frente a la ecológica. Este resultado tuvo cierto impacto al principio, debido a que la agricultura ecológica juega un papel fundamental para la conservación sostenible de recursos fitogenéticos. Aunque en cierta medida esto se debe a la minoría de puestos ecológicos en la mayoría de los mercados, concretamente en el análisis de media hubo quince puestos en los mercadillos, donde doce de ellos pertenecen al cultivo convencional y tres al ecológico, por lo que se ve una clara diferencia entre ambos, lo que puede repercutir en la cantidad de variedades de ambas metodologías.
Este trabajo busca servir como una toma de contacto hacia el tema y se espera que motive o incentive próximos estudios más extensos y focalizados, como la realización futura de un estudio completo de las variedades tradicionales, donde se analicen de forma global todos los mercados de la isla y durante un periodo anual para ver si existen diferencias por temporadas y por comarcas o zonas concretas de la isla. Además, debido a la contradicción en el nombre vernacular de las variedades, sería interesante realizar un estudio en profundidad sobre la denominación de las variedades tradicionales. Así como la profundización de un estudio sobre las estrategias que logren un incremento en la presencia de variedades tradicionales en los mercadillos de la Isla.
La preservación de las variedades tradicionales no es sólo un factor que depende de los agricultores a nivel de mantenimiento en campo, sino que presenta un factor social. Muchas de estas variedades van quedando en el olvido de los consumidores, sobre todo de los más jóvenes; el cambio social nos ha llevado a comprar la mayor parte de nuestros productos alimentarios en grandes superficies donde estas variedades son prácticamente inexistentes. Por ello, la concienciación social y el fomento del comercio local son fundamentales para mantener este patrimonio agrícola que conecta a las personas con la tierra y sus raíces. Al optar por consumir estos productos, no solo disfrutamos de alimentos frescos y de calidad, sino que también contribuimos a la conservación de la biodiversidad, apoyamos a los agricultores locales y promovemos una alimentación más sostenible y consciente.
Visitar un mercadillo del agricultor es, en muchos sentidos, una experiencia de redescubrimiento: de sabores auténticos, de tradiciones agrícolas donde hay no sólo un intercambio de productos, sino también de conocimientos.