A las nueve de la mañana, durante la semana del 21 agosto, un grupo de niños y niñas se agolpaban en la puerta del Mercadillo de Tegueste, ansiosos por disfrutar una nueva jornada del Campamento MiniChef.

Una novedosa propuesta de campamento donde se mezclaban y aderezaban diversión y cultura gastronómica. Rodeado de un entorno sin igual como son las amplias instalaciones del Mercadillo, enmarcado en el paisaje excepcional de Tegueste.

Durante la semana los niños y niñas disfrutaron de talleres especializados en cocina, pastelería, repostería, panadería, servicio de mesa y protocolo, coctelería infantil y visitas gastronómicas… un sinfín de experiencias que les han fascinado.

“Super way”, “Ha sido muy divertido”, “Nos han encantado los desayunos y los almuerzos”, “Lo hemos pasado muy bien con los monitores” han sido algunos de los comentarios de los peques.

Los desayunos han sido la oportunidad de conocer cómo comienzan el día en diferentes partes del mundo: desayuno mediterráneo, español, canario, estadounidense, francés, continental…

Y los almuerzos han girado en torno a la gastronomía típica canaria, con sus excepcionales primeros y segundos platos, y los postres. Todo rico-rico: potaje de berros, rancho canario, salpicón de atún, carne con papas, papas arrugadas… platos que han elaborados los propios niños y niñas acompañados por la chef Isabel Alonso y los monitores, que así expresaban su satisfacción:

“Ha sido una excelente experiencia. Nos ha encantado ver el compañerismo entre los niños y niñas, y la curiosidad y ganas de aprender”. “Es una maravilla contar con un lugar, como el Mercadillo, donde arranca la gastronomía, en donde se realiza la compra-venta de los productos que vamos a utilizar en la cocina”. “Es una experiencia muy bonita ver como desde pequeños muestran un interés por la cocina y el mundo de la gastronomía, además del trabajo en la hostelería, la obtención de los productos y las buenas formas en la mesa”.

Para completar este amplio programa cultural y gastronómico visitaron la Casa y Finca Los Zamorano. En la casa pudieron ver en vivo los utensilios y artilugios antiguos para cocinar o para elaborar los productos más autóctonos como el gofio. Y en la visita a la finca pudieron estar cerca de los cultivos y elementos de labranza.

El último día del campamento se hizo coincidir con el sábado, día de apertura de las instalaciones del Mercadillo para el público. Para la sorpresa de los niños y niños que estaban participando del campamento pasaron las instalaciones de estar vacías durante la semana, a estar colocados todos los puestos y ver el bullir de personas realizando sus compras. Aprovechando estas circunstancias tuvieron la oportunidad de realizar compras reales en los diferentes puestos, viendo el género colocado siendo atendidos por los propios agricultores en sus stands.

Este proyecto piloto surge desde el Mercadillo, con el apoyo del Ayuntamiento, dentro del proyecto formativo “La Cocina de Aquí – Punto de Valorización de Productos Locales”. Se han unido las fortalezas del Mercado del Agricultor de Tegueste y MiniChef. Ambas promueven objetivos comunes como es el fomento de una alimentación saludable contando con los productos agroalimentarios de proximidad (locales-km0), así como, la sostenibilidad y el medio ambiente.

Este campamento se encuadra en el plan de dinamización Merkagastroarte. Contribuyendo a la visivilización y proyección del Mercadillo con la colaboración de un centro de formación en gastronomía consolidado (17 años), como es MiniChef,  como por la reputación que tiene la Chef Isabel Alonso con más de 40 años de actividad profesional. Acciones como estas demuestran el compromiso de este mercado de velar por y para el sector primario de esta tierra.

Enrique Bermúdez, gerente del Mercadillo, observador privilegiado de la evolución del campamento y la satisfacción de los niños y niñas en acción destacaba: “Que bonito ha sido ver la ilusión con la que llegaban cada día y la atención que ponían en cada sesión. Como se han divertido haciéndose dueños de todo el recinto recorriéndolo palmo a palmo”. “Su evolución a lo largo de los días ha sido desde la timidez inicial a sentirse parte del Mercado”. “Ha sido una gran satisfacción ver en los padres y madres como han encontrado una oferta deferente a los campamentos clásicos de verano”. “Me quedo con la complicidad de los niños. Todo cuanto experimentaban trataban de ponerlo en práctica en sus casas y el conocimientos adquirido era transmitido a sus padres”. “Todos querían repetir el próximo año”.

Como balance final ha quedado demostrado que esta experiencia piloto tiene alma y vocación de continuidad por la magnífica respuesta de niños y niñas y la gran apuesta de sus padres.

Es una estrategia muy positiva para difundir el mensaje de que hay que apoyar “lo nuestro”, en este caso, a las personas que nos suministran los alimentos y que nos cuidan el medio natural/ rural.

Ha dejado una huella imborrable entre los que han formado parte del proyecto, tanto los monitores como los niños y niñas, así como entre los padres y madres. Una huella que supone  poner en valor los mercadillos, y la importancia y calidad de la agricultura familiar con sus productos de cercanía.